El retrato en fotografía (III): la técnica

Para cada tipo de fotografía (paisaje, bodegón, reportaje, retrato) existen técnicas a tener en cuenta para sacarle el máximo partido a la imagen. Estas recomendaciones que a continuación os exponemos en Foto Blogger, no son fijas para todos los retratos que hagamos, son sólo orientativas.

Hay muy buenas fotos que no siguen al pie de la letra las reglas de composición, como os he ido comentado en los tres artículos que publiqué recientemente sobre el tema en Foto Blogger. Además, muchos profesionales de la fotografía dicen que lo mejor de las reglas de composición es conocerlas para luego poder saltárselas... Por lo tanto, ya sabéis: sin estrés.

Un retrato original.

Encuadre.

En los retratos el encuadre por excelencia es el vertical, aunque depende de lo que queramos destacar o conseguir con la fotografía también podemos utilizar el encuadre horizontal sin que la foto pierda fuerza.

Retrato a contraluz con encuadre horizontal.

La altura a la que se posicione la cámara respecto del sujeto puede variar la percepción de la imagen. De este modo, si la cámara está por encima del sujeto éste parecerá más bajo. A este tipo de plano se le llama plano picado.

Plano picado: cámara por encima del sujeto.
Éste parece más bajo.

Por el contrario, si la cámara está por debajo del sujeto, éste parecerá más alto. Este tipo de plano se conoce por plano contrapicado.

Plano contrapicado: cámara por debajo del sujeto.
Éste parece más alto.

En cuanto a la colocación del sujeto en la imagen, si posicionamos al sujeto a los lados de la imagen podemos conseguir efectos más interesantes y menos monótonos que si aparece en el centro de la fotografía.

Regla de la mirada.

Esta regla de composición consiste en dejar espacio hacia el lateral al que se dirija la mirada del modelo retratado. Si cortamos la imagen sin darle espacio a la mirada, parecerá que estamos encerrando al modelo.

Regla de la mirada.

Regla de los tercios.

Como ya vimos en el artículo Reglas de composición (I), esta regla se puede aplicar a cualquier tipo de fotografía, y es válida en los retratos. En los retratos el punto de interés normalmente son los ojos, por lo que es interesante que estén perfectamente enfocados y que estén situados en alguno de los puntos fuertes del encuadre.

Normalmente, el punto de interés en el retrato son los ojos.

Iluminación.

Es muy importante para el retrato y para otros tipos de fotografía. Dependiendo de la incidencia de la luz en el modelo, vamos a resaltar o a disimular sus características.

La luz difusa crea una iluminación más uniforme.

Una luz muy dura hace que se creen sombras en el rostro. Una luz difusa no crea tantas sombras y crea una iluminación más uniforme.

La dirección de la luz ofrece diversos resultados. La luz cenital proyecta sombras molestas sobre los ojos, el cuello y bajo la nariz. La luz frontal aplana el rostro, quitándole volumen, y puede ocultar posibles defectos como arrugas o granos. La luz lateral resalta el volumen de la cara y también la textura de la piel.

La luz es cenital o de frente, y la cámara está
por debajo del rostro de la mujer.

Para fotografiar a un modelo podemos utilizar varias técnicas de iluminación. Podemos utilizar distintas fuentes de luz o reflectores que hagan rebotar la luz procedente de una sola fuente. De este modo se eliminan parte de las sombras.

Si trabajamos en exteriores, sobre todo en retratos a contraluz, podemos utilizar el flash como luz de relleno. De este modo, el flash aporta luz extra para completar las zonas que queden en sombra.

En retratos en exteriores
podemos utilizar el flash como luz de relleno.

Objetivos.

Los objetivos ideales para retratos son
los teleobjetivos cortos, entre 50 y 105 mm.

Para realizar retratos cualquier objetivo da buenos resultados, aunque dependiendo de su longitud focal pueden variar la realidad.

Un angular (entre 6-35 mm.) distorsiona la imagen, sobre todo si se dispara a poca distancia del modelo. Por ello, se suelen utilizar para mostrar al sujeto en su entorno o para incluir otros elementos de interés en la imagen.

Un teleobjetivo aplana la imagen. Los teleobjetivos largos (por encima de 400 mm.) nos dan mayor profundidad de campo, y no son recomendables porque no separan a la persona retratada del fondo de la imagen.

Los objetivos de longitud focal normal (35-50 mm.) suelen dar buenos resultados. Y los objetivos ideales para retratos son los teleobjetivos cortos (entre 50-105 mm.), ya que no deforman los rasgos del sujeto y abarcan un ángulo pequeño con lo que centramos la imagen en lo que realmente interesa. Además, consiguen una menor profundidad de campo, lo cual ayuda a destacar al sujeto del fondo poco nítido de la imagen.

Actitud del modelo y del fotógrafo.

Para retratar a alguien que no
conocemos, lo mejor es charlar antes
con la persona y pedir permiso.

Se pueden hacer retratos a personas que conocemos y a personas desconocidas. Muchas personas se ponen tensas a la hora de posar para la cámara. Y si la persona y el fotógrafo no se conocen, lo mejor es intentar charlar con la persona para pedirle permiso y comentarle lo que buscamos de la imagen, para no incomodar a nadie. El respeto es lo primero.

Si el retrato es a un amigo, familiar, conocido, puede ser más sencillo establecer una conversación y relajar el ambiente, y explicarle lo que buscamos con la fotografía que queremos realizar.

Suele ser más sencillo fotografiar
a un conocido que a una persona anónima.

Os espero en la próximo artículo.
Hasta pronto!!

Nota: Todas las imágenes de este artículo han sido extraídas de FlickrCC.