Existen distintos tipos de paisajes, y a la hora de
fotografiarlos nos vamos a encontrar con que cada uno de ellos requiere de unas
necesidades distintas de luz, de velocidad de obturación, de sensibilidad ISO,… para conseguir tomar
las mejores fotografías. Aunque seguro que hay muchos tipos de paisajes más, en Foto Blogger los hemos clasificado en los siguientes:
Ibiza. Atardecer en Café del Mar. |
Puestas de sol.
Los tonos cálidos que se producen en la puesta de sol son un
buen momento para sacar bonitas fotografías. Es importante que el cielo ocupe
una parte importante de la imagen, para capturar las distintas tonalidades
entre las nubes y el cielo. También podemos incluir algún edificio o
construcción, recortar siluetas de personas a contraluz, buscar el reflejo del
cielo en el agua. Si estamos en la ciudad, podemos esperar a que las luces de
la ciudad comiencen a encenderse, nos quedarán fotografías muy llamativas.
Paisaje urbano.
En la ciudad disponemos de multitud de aspectos a
fotografiar: fuentes, edificios, jardines, reflejos, puentes, medios de
transporte, vistas aéreas, zonas industriales,… Lo importante es sacarle el
máximo partido a la imagen y buscar el ángulo idóneo para que la composición no
incluya ningún elemento que no ofrezca interés a la fotografía. Esa es la
dificultad para el fotógrafo en este tipo de paisajes.
Paisajes con agua.
Los paisajes con agua, ya sea el mar, un lago, un estanque,
un río, una cascada,… nos ofrecen muchas posibilidades. Podemos buscar el
reflejo de una figura en el agua y convertir la imagen en la figura y su
espejo. Tenemos que enfocar al punto que queremos destacar y ajustar bien la
abertura de diafragma y la velocidad de obturación. Si queremos que el agua se
vea viva y en movimiento, la abertura será baja (valor f alto) para sacar la
imagen nítida en todos los planos del paisaje, y la velocidad rápida (poco
tiempo). Pero si buscamos que el agua tenga un efecto seda, el valor ISO será
bajo, variaremos la velocidad para que
el diafragma quede abierto durante el tiempo suficiente y utilizaremos un
trípode. En este tipo de imágenes la dificultad radica en controlar que la
imagen no quede sobreexpuesta, sobre todo si la imagen es tomada en las horas
de más luz del día.
Paisajes montañosos.
Para fotografiar paisajes de montañas, podemos jugar con la
luz del amanecer o el atardecer, con las nubes o la niebla, o con las
estaciones del año. Normalmente, el diafragma tendrá un valor f alto para sacar
toda la escena con la mayor nitidez posible, y la velocidad dependerá de la luz
del día de la que dispongamos en ese momento. Podemos tomar imágenes en la
distancia de montañas con las cumbres nevadas en un día soleado y despejado, o
subir a la montaña y fotografiar el paisaje de un valle al atardecer.
Fotografías en el bosque.
La frondosidad de los bosques hace que la luz parezca diferente
y destaque entre la oscuridad de los árboles. Lo más difícil para el fotógrafo
será calcular bien la exposición para sacar la mejor imagen posible. Las
fotografías hechas dentro de los bosques pueden ser espectaculares.
Paisajes desérticos.
Los desiertos se caracterizan por tener mucha luz y la
inmensidad que suponen. Es importante para el fotógrafo tener en cuenta la
época del año y las horas para captar la imagen, por la temperatura de la luz
solar. Si la fotografía se realiza entre la primera hora del día y antes del
mediodía, lo mejor es sobreexponer entre medio y un punto para obtener buenas
tomas ya que las condiciones lumínicas tienden a subexponer las imágenes. Las
fotografías del desierto al atardecer recomiendan utilizar el trípode para hacer
exposiciones largas (velocidades lentas).
Fotografía de fenómenos meteorológicos.
Para capturar fotografías de algunos fenómenos
meteorológicos hay que tener en cuenta sus peculiaridades. Si queremos
fotografiar un rayo o una aurora boreal, elegiremos una abertura de diafragma
alta (valor f bajo), una velocidad de obturación alta, un valor ISO bajo, un
enfoque al infinito, un trípode y un disparador remoto. Si queremos una imagen
del arco iris, hay que medir la luz con cuidado, para que los colores queden
definidos, y será de ayuda utilizar un filtro polarizador. También podemos
fotografiar un espacio con niebla; la luz será intensa y difusa, pero la
visibilidad será muy reducida, con lo que podemos dar a la fotografía un
ambiente muy misterioso. Los cielos de tormenta, con nubes muy oscuras, dan un
aspecto tenebroso a la imagen; y si los rayos del sol se cuelan entre las nubes
oscuras, e iluminan alguna zona concreta del paisaje, la fotografía puede
resultar muy curiosa.
Paisajes estacionales.
Buscar las características y peculiaridades de las distintas
épocas del año en el paisaje nos aporta numerosas variaciones de la misma
imagen. En primavera podemos buscar los campos florecidos, en otoño las hojas
caídas de los árboles, en invierno un paisaje nevado de la montaña o de la
ciudad, y en verano el calor del sol en una playa. En cada estación del año
tendremos coloridos variados, y los rayos solares crearán una luz distinta en
cada época. Lo importante para el fotógrafo es saber sacar partido a esos cambios
de tonalidades, y jugar con la temperatura del color en cada estación.
Para finalizar, os incluyo un vídeo de fotografías de mis viajes, con distintos tipos de paisajes. Espero que os gusten.
Hasta la próxima!!
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